jueves, julio 03, 2008

Reacomodo

Éste domingo pasado hizo una semana que Anna y yo nos juntamos con Alberto, por fin, acá en Las Palmas. Entre acomodar las cosas, hacer diligencias para actualizar documentos, conocer un poquito los alrededores y esperar a que instalasen la conexión a internet hace un par de días, hemos estado bastante alejados de la red, pero nos han servido para adaptarnos un poquito el nuevo entorno y a volver a vivir en una ciudad de verdad (¡por fiiin!). Extrañaba horrores ésta sensación de libertad y tener todas las cosas a mano sin estar a juro amarrada a un automóvil.
El piso es pequeño y cómodo, con lo mínimo indispensable para los tres y muy fresco pese a que estamos ya en medio de la temporada más calurosa del año (la verdad es que hasta el momento no he sentido calor en absoluto dentro del departamento). Honestamente, lo que más me encanta, es el vecindario: vivimos en el borde de un sector peatonal tipo boulevard, rodeado de pequeños negocios y tiendas de todo tipo (como se diría en Venezuela, tenemos de todo a pata e´ mingo). Parafraseando a Alberto, es un lugar multicultural pues, al igual que variados son los negocios que nos rodean, tenemos cantidad de vecinos árabes, marroquíes, hindúes, chinos, filipinos, latinos e infinidad más. Aparte, tenemos la hermosa playa de Las Canteras a seis manzanas de la casa, detalle que me parece casi idílico, y a unos 150 m., el Parque Santa Catalina, sitio donde suelen celebrarse actividades culturales y de entretenimiento, por ejemplo, el fin de semana antes de mudarme, Alberto se gozó todo un concierto de Jarabe de Palo, sin necesidad de salir de la casa, y el domingo pasado se instaló una pantalla gigante pública para transmitir la final de la Eurocopa (ya se imaginarán la cantidad de gente).
De la ciudad en sí, lo poco que he podido conocer hasta ahora, me gusta muchísimo. Quizás no esté tan cuidada en algunos detalles como Santa Cruz (Tenerife), pero definitivamente está mucho más desarrollada que ésta a nivel de construcción y urbanismo (aunque también es más caótica y las zonas marginales resaltan más a la vista que en Santa Cruz); curiosamente, los centros comerciales que hemos visitado (El Muelle y Siete Palmas) son bastante parecidos a los de Venezuela en comparación a los que había visitado en Tenerife, y en general, la parte comercial en las principales avenidas y ramblas está bastante más crecida.
De momento, entre tanto ver, no he tomado fotos (sí, ya sé que no tengo perdón), en los próximos días, aprovechando por fin que ya estamos conectados otra vez, voy a ir poniendo por acá algunas pequeñas postales de ésta ciudad que, de verdad, con cada día que pasa me gusta más. ¡Estoy feliz!

2 comentarios:

Cristina dijo...

¿Estás en Las Palmas?

¡¡alaaaaaaaaaa!!

Yo vivi allí 13 años, y me siento canariona hasta la médula.

¡Besitoooooooos!

Alberto dijo...

¡Pio, pio!. Me encanta saber que te fascina vivir en Las Palmas. Puedes considerar que vamos a vivir por aquí el resto de nuestros días.

Tu esposito.

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